Como navegante desde hace 20 años y amante del mar y de numerosas disciplinas deportivas que se llevan a cabo en el mismo, es un placer infinito enseñar a navegar y compartir con los clientes los principios de un barco de vela.

Numerosos y variados perfiles de clientes suben a bordo a navegar cada semana, algunos con licencias para navegar pero sin experiencia, otros con experiencia y la mayoría sin saber muy bien donde se han metido. Lo interesante es que al terminar la excursión todos acaban sorprendidos y descubriendo un mundo nuevo, o dándole un giro de tuerca a un mundo que ya conocían de antes pero que después de la experiencia lo ven de otra manera. Llevar un velero de 13,6m de eslora es como tocar una orquesta, si todos los músicos tocan bien coordinados el velero dará lo mejor de sí. También es posible tocar uno solo y que todo suene bien, pero para eso ya hace falta ser un buen músico y tener más experiencia.

Para aprender a navegar es útil plantear objetivos, y en función de dichos objetivos se puede establecer un plan. Algunas parejas o familias utilizan la oportunidad para aprender a navegar juntos, esto es muy buena idea porque se pueden complementar unos a otros y al final formar un gran equipo.